Recordemos que las siglas que titulan esta entrada se refieren a la Investigación, el Desarrollo y la innovación. Vimos que su diferencia estriba en el nivel de abstracción de los resultados: la investigación incide en aspectos muy generales y básicos, y en ocasiones ni siquiera se les ve un uso práctico inmediato. Por ello, normalmente se lleva a cabo en las universidades. El desarrollo se basa en buscar aplicaciones prácticas de una investigación para crear nuevos productos (que ya es llevado a cabo por empresas) y, por último la innovación ya supone modificaciones de menor importancia sobre el desarrollo.
Pues bien, hoy he leído lo que a mi juicio es una buena noticia, fruto de la investigación de un español, Javier Fernández. La noticia completa la podéis leer aquí.
Fernández ha conseguido sintetizar una sustancia biodegradable a partir de algo tremendamente abundante en nuestro planeta, los insectos. Este nuevo material mejora las características de resistencia del plástico, y es abundante y biodegradable.
¿Por qué es una buena noticia? El plástico dura cientos o miles de años (dependiendo del tipo) en degradarse. Los hábitos de consumo actuales fuerzan a la sociedad a generar ingentes cantidades de desechos plásticos que soportarán muchas generaciones futuras. Esto es totalmente injusto; estas próximas generaciones van a soportar una carga por algo que no han disfrutado.
Si, fruto de esta investigación, hay empresas que desarrollan bolsas, envases y todo tipo de artículos empleando este nuevo material en lugar de plástico, estaremos entrando en un tiempo más respetuoso con el medio ambiente. Nos quedaría citar la innovación en este ejemplo. ¿Qué podría ser? Pues, por ejemplo, aplicar colorantes para que este nuevo material tenga colores atractivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario